martes, 11 de junio de 2013

~Todo comienza ahora~

Esto es subrealista. Después de estar horas y horas en el tren, completamente sola, sí, sola, nadie se ha sentado en mi cabina, llegamos a Hogwarts. Es enorme. Sigo sin creerme que esto existe. Entramos en una sala enorme llena de velas flotantes y de estudiantes más mayores que nosotros.
-Queridos alumnos, damos la vienvenida a los nuevos estudiantes de Hogwarts. Y ahora, procedamos a seleccinar las casas. Profesora McGonagall...
Una mujer de avanzada edad colocó un sombrero sobre un taburete y empezó a leer una lista que llevaba en la mano.

Mi turno. Me senté en el taburete y me colocó el sombrero sobre la cabeza.
-¡Gryffindor!-todos aplaudieron.
Me dirigí hasta donde estaban todos los alumnos de esta.casa y me senté con ellos.

Durante toda la noche pude ver que habia cuatro casas. Esto es muy raro para mi. Pasaban unos cuantos fantasmas por encima de las mesas y saludaban a todos los alumnos de la escuela.

-Queridos alumnos, es hora de irse cada uno a su casa correspondiente. Los prefectos les llevarán a su sala común. Mañana las clases empiezan muy temprano. Buenas noches-el director se levantó y se fue.
Todos los presentes allí nos levantamos y fuimos detrás de nuestro prefecto.
-Tened cuidado con las escaleras, se mueven-dijo él.
Subimos todas las escaleras hasta el séptimo piso. Se paró enfrente de un cuadro.
-Detrás de este cuadro está vuestra sala común.
-Contraseña-dijo la sseñora gorda del cuadro.
-Sorbete de limón
El cuadro se abrío como una puerta dejándonos pasar a su interior.
-Chicas arriba a la izquierda, chicos arriba a la derecha. Los chicos no pueden entrar en el dormitorio de las chicas bajo ningún concepto. Que pasen buenas noches.
Se fue y después nos subimos cada uno a nuestro dormitorio.



DE SEPTIEMBRE DE 2001
Me desperté dando cabezazos como siempre y empecé a colocar las cosas en la maleta para empezar mi penúltimo curso en Hogwarts. Mi vida allí no es que haya sido la mejor. Llevo unos cuatro años allí y no he hecho ningún amigo todavía. Soy demasiado tímida y todos me miran como un bicho raro, claro, los que me miran, porque hay otros que nisiquiera me miran. Con el único chico que he hablado durante todos los cursos ha sido con Neville Longbottom. Es un buen chico. Aunque es un año menor que yo. Pero este curso va a ser diferente. He cambiado. Mi timidez no es la misma, este curso voy a pasarlo bien. Voy a hacer alguna travesura que he pensado durante estos años. Los de Slytherin no volverán a decirme nada de mal gusto. Voy más segura que nunca. Mi pelo ha cambiado. Sgue rizado  pero ya lo puedo domar. Mis gafas...han desaparecido. Gracias a una amiga de Neville, puedo ver sin ellas.
Cogí todas mis cosas y salí del hotel donde me alojaba. No he vuelto a ver a mi padrastro desde el día que le dejé. Estos años he estado trabajando en vacaciones para poder pagarme un hotel y vivir en él.
Cuando llegé a la estación con mi carrito lleno de cosas, coloqué mi varita (que años antes, Hagrid, el guardabosques, junto a otro chico de gafas redondas me acompañó a comprarla) en la bolsa de mano y atravesé la pared.
-¡Cuanto tiempo!-escuché una voz delante mía.
-Arthur-llevaba mucho tiempo sin verle
-¿Qué tal todo? ¿Te gusta la escuela?-me abrazó. Nos hemos puesto un par de veces en contacto por correo aéreo.
-Es genial. Gracias por todo lo que hiciste por mí aquel día.
-No tienes que darlas, fue un placer. Molly, esta es la chica de la que tanto te he hablado.
-Hola cariño-la mujer que estaba la otra vez en el andén me abrazó.
-Encantada señora Weasley
-Lo mismo digo...
-___.
-___-áfirmó
El tren sonó.
-Me voy ya. Un placer conocerla Molly, me alegro de verte Arthur-me despedí de ellos y entré en el tren.
Caminé por los pasillos. Ningún vagón vacío y no encontraba a Neville por ninguna parte. El último vagón que había estaba ocupado solo por los gemelos Weasleys.
-Perdón-me disculpé y me di la vuelta
-No importa, puede entrar, solo estamos nosotros tres-dijo uno de los gemelos.
-No, no quiero molestar-creo que más roja no podía estar.
-No molestas, pasa-dijo el otro.
-Gracias.
Entré y me senté en el mísmo asiento donde estaba uno de ellos pero en el lado de la puerta ya que él estaba en el lado de la ventana enfrente de su hermano.
Me puse a dibujar en la puerta de cristal sobre el vaho que había producido por el frío. Hasta que me sacaron de mis pensamientos.
-¿Eres nueva?-preugntó uno.
-No puede ser nueva, memo, en Hogwarts se empieza desde los 11-dijo el otro
-No, no soy nueva
-No recuerdo haberte visto por la escuela-dijo el que se sentaba junto a mí
-Suelo pasar mucho desapercibida
-Pues no entiendo porque-dijo el otro
Moví la cabeza de lado a lado y seguí con lo mío.
-¿Habéis visto a una chica de pelo extraño y gafas gruesas por aquí?-un chico entró por la puerta sin llamar. Levanté la vista.
-¡Neville!-me levanté y lo abracé
-¡___! ¡Cuanto has cambiado!
-Lo sé. Te estaba buscando pero no te encontraba.
-Me he retrasado un poco, lo siento. ¿Te vienes conmigo?
-Claro. Adiós-les dije a los pelirrojos que se encontraban en mi vagón.
-Adión -dijeron.
Yo abracé a Neville a causa del frío mientras caminabamos por los pasillos. 

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